Los laboratorios de especialidades farmacéuticas elaboran los medicamentos para facilitar su administración, obtener una biodisponibilidad óptima y conseguir la máxima eficacia terapéutica, eligiendo así la mejor o mejores formas farmacéuticas. La decisión de cortar o triturar un comprimido o bien abrir una cápsula no debe ser tomada a la ligera.
Aquel comprimido que se puede partir o aquella cápsula que se pueda abrir, vendrá siempre recogido en el prospecto.
En el caso de los comprimidos, aquellos que en el prospecto no indiquen la posibilidad de partirlos o triturarlos, es deseable no realizarlo por los siguientes motivos:
- Los comprimidos de liberación prolongada, si los trituras o partes por la mitad, estás inhibiendo el efecto prolongado que se consigue mediante el recubrimiento externo de los comprimidos.
- Dicho recubrimiento en otros comprimidos, son para enmascaran y corregir olores y sabores desagradables, pero también evitan reacciones dolorosas, el incremento de efectos indeseados e incluso toxicidad en algunos casos.
Si partes los comprimidos, estás inhibiendo dicha función y aparte de no hacer el efecto deseado, puede comportar riesgos de otro tipo o cometer errores de dosificación, que conllevarán otro tipo de problemas.
En el caso de las cápsulas, no se pueden abrir o manipular, a excepción de algunos antisecretores gástricos, los cuales tal y como se indican en sus prospectos se pueden abrir, aunque seguramente el sabor sea muy desagradable.
En el resto de cápsulas, esta forma farmacéutica es utilizada de igual forma que la cubierta de los comprimidos, para enmascaran y corregir olores y sabores desagradables y en muchos casos también con la finalidad de proteger tu boca y esófago, ya que su fórmula es altamente agresiva en la zona superior del aparato digestivo.
Es por ello que si abres la cápsula probablemente lo que conseguirás es que no te haga efecto, que te sepa peor o incluso te cause daños y riesgos innecesarios.
Si te encuentras ante estas dificultades donde es imposible que la persona tome el comprimido o cápsula entera, consulta a tu médico o farmacéutico si esa medicación se presenta en otra forma farmacéutica (como jarabes, efervescentes, etc) y puedan sustituirla.
Otra opción es informar al médico de dicha problemática, y evaluar si existe una medicación similar que se presente en una forma farmacéutica distinta.
Si ninguna de las opciones anteriores es viable y sueles tener problemas para tomar este tipo de medicamentos, relájate y respira hondo, a veces el miedo y los nervios nos juegan una mala pasada e impiden algo que eres capaz de hacerlo.
