Lo que se ha dado en llamar la «desescalada» es un motivo de alegría. La vuelta paulatina a la normalidad es bien recibida por todos. Pero conviene hacer una llamada a la prudencia. El temido rebrote lo es, fundamentalmente, por el riesgo de colapso sanitario que podría suponer un incremento en las cifras de nuevos infectados.
Como ya se conoce, son las personas mayores de 65 años y los afectados por patologías crónicas e inmunodeprimidos los que desarrollan cuadros más graves en caso de infección por coronavirus. Esa es la población diana para este virus. Por tanto, es importante que las personas en esa situación extremen la prudencia.
Por dos motivos: uno, personal, es decir el riesgo de gravedad en caso de enfermar es estimable; y el otro, colectivo, dado que el riesgo de colapso sanitario se produce porque esa población diana acabe enfermando.
Son pacientes de ese grupo de riesgo los que saturan los hospitales en esos casos, lo que es un problema social de envergadura.
Por ello lo mejor es que cada persona analice su propia situación y su nivel de riesgo frente a la Covid-19. Es decir, si soy mayor de 65 años, o tengo una enfermedad crónica tipo diabetes o hipertensión arterial o cualquier otra, o soy un trasplantado con tratamiento inmunosupresor, o un paciente oncológico en tratamiento, etc., en ese caso tengo un importante riesgo de complicaciones si sufriera la infección.
Si es así, ¿qué debo hacer?
Quienes lleguen a la conclusión de que forman parte del grupo de riesgo deberán cuidar mucho sus rutinas y movimientos hasta que se haya comprobado que no hay rebrote. Es decir, podrán salir a pasear pero no deberían pararse a hablar con nadie, entrar en lugares públicos, etc.
Cuando los que no tienen riesgos, que es la mayor parte de la población, puedan sentarse en terrazas y hacer una vida más social en las siguientes fases de la desescalada, el paciente en situación de posible riesgo aún no debería hacer una vida social presencial ni ir a terrazas, a locales públicos, etc.
Lo adecuado desde el punto de vista preventivo será que continúe pasando mucho tiempo en su casa, que salga a dar paseos, eso sí, pero usando las mascarillas, lavándose mucho las manos…
Asimsimo, en los casos en que convivan en la misma casa personas de riesgo y otros sin riesgo, será difícil , pero se deberá intentar mantener la distancia de seguridad, las precauciones higiénicas…
La idea es que cada uno asuma con responsabilidad su autocuidado en función de sus riesgos, incoporándose a la desescalada con precaución (incluso con retraso de un par de semanas respecto de los perfiles «libres» de riesgo).
Ahora bien, piense que salir a la calle a dar un paseo, incluso en solitario, vendrá bien a su cabeza y a su estado de ánimo. ¡Todos lo necesitamos después de tanto tiempo! Así que si tiene miedo o todavía no ha salido, anímese y verá cómo lo disfruta.
Texto de Javier Agudo, médico y voluntario de InfoSF.
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