‘No son Excusas’. Una reflexión de Ana Bruno sobre las enfermedades crónicas

A nadie le gusta estar enfermo.

Menos aún cuando es diagnosticado con una enfermedad crónica.

Las enfermedades crónicas avanzan lentamente y son, casi siempre, incurables.

Pueden aparecer en cualquier momento de la vida alterando nuestra vida familiar, estado de ánimo y actividades en general.
Aunque muchas enfermedades crónicas no son discapacitantes, a menudo lleva tiempo acostumbrase a esta realidad de largo plazo.

La mayoría de ellas pasa desapercibida en nuestro día a día ya que la gravedad de sus síntomas no es perceptible y, por supuesto, tampoco los dilemas psicológicos que conlleva verse afectado por algo que cambiará nuestras vidas para siempre.

Además, la búsqueda de un diagnóstico adecuado, el estrés o la dificultad para sobrellevar los síntomas y realizar las tareas rutinarias más simples nos pueden llevar incluso a la depresión. Me pasó a mi y solo hizo retrasar el diagnostico.

Los síntomas son muy complejos, varían dependiendo del tipo de enfermedad y es habitual que pasen por altibajos a lo largo del tiempo, dificultando planear actividades con antelación.
Los dolores y la fatiga son un síntoma muy común entre las enfermedades crónicas y suponen un gran obstáculo para lograr aquello de todos perseguimos.

La calidad de vida.

Es verdad que es un concepto bastante abstracto y muy personal pero que siempre requiere como denominador común encontrarse en una situación de bienestar físico y psicológico.

De ahí que la salud no sea solo la ausencia de la enfermedad.
En el caso de los enfermos crónicos, pese a tener que afrontar sus síntomas, el miedo, evitar el aislamiento, la frustración y la ansiedad quizás calidad de vida solo quiera decir sentirse “normal”.

Todos podemos hacer la diferencia en la vida de quienes padecen una enfermedad crónica. Desde la comprensión y el apoyo les ayudamos a mantener su dignidad. Conociendo sus síntomas podemos aceptar sus limitaciones y tener claro que no son excusas.

Concienciando a la gente de nuestro entorno ayudamos a que las enfermedades crónicas dejen de ser “invisibles”.

Texto de Ana Bruno, originalmente publicado en Medium.

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