La solidaridad es la herramienta más potente que tenemos como sociedad para promover un mundo mejor.
A punto de finalizar el 2020, celebramos el Día Internacional de la Solidaridad Humana que se caracteriza por ser un día para la unión en la diversidad, para que los gobiernos respeten sus compromisos con los acuerdos internacionales, para impulsar nuevas iniciativas para la erradicación de la pobreza, en definitiva, para concienciar al público sobre la importancia de ser solidarios.
En una época en la que nuestro principal escenario son las cuatro paredes de nuestra casa, nos reconforta saber que los españoles somos capaces de unirnos, tener empatía y ayudar a construir cosas realmente bonitas en beneficio de los más desfavorecidos.
Solidaridad, un valor al alza
Durante estos meses nos han llegado numerosas noticias de solidaridad a todos los niveles. Grandes corporaciones, públicas y privadas, que han donado importantes cantidades al sector sanitario para la compra de material médico o han destinado una parte de sus recursos a fabricarlo; pequeñas empresas que han ayudado al comercio de proximidad a dar el salto al mundo digital; grupos de vecinos que se reúnen para tejer mascarillas o hacer la compra para los colectivos más vulnerables.
Hace pocos días la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL) anunciaba que ha logrado recaudar un total de 31 millones de euros en menos de un mes, esto supone un 47,6% más sobre el objetivo de los 21 millones de euros que se había marcado al comienzo de la campaña. No obstante, la crisis sanitaria ha elevado la demanda de ayuda en un 70% en sus bancos de alimentos. O sea, que todavía hay trabajo por hacer.
La solidaridad puede y debe expresarse en todos los niveles, pues tiene un sentido muy amplio y hay muchas acciones que podemos realizar en nuestro día a día:
- Compar de forma responsable teniendo en cuenta el impacto social y medioambiental
- Consumir energía de forma responsable
- Desplazarse a pie o en bicicleta
- Evitar tirar comida
- Reciclar
- Donar sangre
- Donar al banco de alimentos
- Colaborar con una ONG
- Enseñar a nuestros hijos desde pequeños a ser solidarios
- Tener empatía
En definitiva, ser proactivos en las pequeñas cosas de la vida cotidiana que van generando las inercias necesarias para que la sociedad y las personas se articulen en torno a esos valores. Ser más solidarios y menos mercenarios.
Ser solidario, ser voluntario
Ha sido un año en el que se ha puesto de manifiesto el valor de la solidaridad y concretamente la importancia del voluntariado. Miles de personas están poniendo, al servicio de los más afectados, parte de su tiempo para paliar los efectos de esta crisis.
Más de dos millones de personas que nunca habían hecho voluntariado han realizado algún tipo de acción solidaria durante los peores meses de la pandemia y ocho de cada diez que ya lo hacían han reforzado su compromiso, según el último estudio del Observatorio del Voluntariado.
“La solidaridad ha sido ejemplar en esta pandemia, la sociedad, en general, ha ejercido su derecho al voluntariado de muchísimas formas. Si no hubiera sido por el voluntariado, esta crisis hubiera sido peor.”
Ha declarado el presidente de la Plataforma del Voluntariado en España
En España hay unos 2,5 millones de voluntarios que realizan su tarea de forma constante, el 6,5% de la población. Este año también, la cifra entre hombres y mujeres se ha equilibrado (53% mujeres y 47% hombres).
¿Somos ahora más solidarios?
Este 2020, sin duda, nos deja un año de importantes aprendizajes, donde solidaridad y cooperación han ido de la mano. Si trabajamos unidos como sociedad estaremos más preparados para amortiguar el golpe.
No sabemos si la pandemia nos habrá hecho mejores personas, lo que sí nos ha hecho es ser más humildes y empáticos. Nos ha mostrado un camino del que no nos debemos desviar.