Hablamos con Ana Sánchez, voluntaria en Amal Taznaqt

Taznaqt, la organización con la que Información Sin Fronteras acaba de estrenar convenio de cooperación, no se puede encontrar en Google Maps. Es una pequeña aldea situada cerca de Errachidia, Marruecos, entre las montañas del Alto Atlas y el desierto del Sahara, que cuenta con pequeñas casas cuadradas de adobe y desde donde, por la falta de iluminación nocturna, es posible ver un sinfín de constelaciones. Aunque no ocurre así en todas las aldeas de la zona, Taznaqt sí cuenta con agua corriente y algunos servicios básicos, como una pequeña escuela y un hospital cercano. Sin embargo, estos resultan a menudo insuficientes y los recursos son demasiado escasos si se tiene en cuenta, por ejemplo, la cantidad de niños que viven en la aldea.

Ante esta situación, un grupo de jóvenes de la aldea decidió fundar una asociación solidaria que promoviera el progreso en la zona. Así surgió Amal, cuyo significado en Árabe es “esperanza”, un proyecto destinado, sobre todo, a la educación de los niños pero del que van surgiendo nuevas vertientes, colaboraciones con otras asociaciones e iniciativas encaminadas a mejorar desde la agricultura hasta la sanidad en la zona. Entre los colaboradores con Amal se encuentra nuestra propia organización, Información Sin Fronteras, que llevará a cabo, próximamente, dos proyectos con ellos, uno educativo y otro sanitario.

El trabajo de Amal no sería posible sin la colaboración de voluntarios como Ana Sánchez, una valenciana, profesora de Historia del Arte, que hace dos años participó en un voluntariado corto con la asociación. Desde entonces, supo que había dejado parte de su corazón en la aldea y por eso ha seguido colaborando con ellos, tanto allí como desde España.

Hemos hablado con ella para que nos cuente más sobre la asociación, su experiencia en Taznaqt y los proyectos que la Amal tiene ya en camino con Información Sin Fronteras.

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¿Ana, como ha sido tu experiencia en Amal hasta ahora?

Ha variado mucho en los dos años que se van a cumplir desde mi primer viaje, y la verdad es que tanto como voluntaria en Taznaqt (donde viví una experiencia de continua sorpresa hacia las gentes del pueblo, los niños, el amor y el cariño que te ofrecen desde el principio) hasta ahora, como coordinadora de los grupos de voluntarios, la experiencia está siendo muy enriquecedora a nivel personal.

Este verano, por ejemplo, celebré mi cumpleaños en Taznaqt, y ha sido uno de los más especiales. Voluntarios, coordinadores y mis compañeros en la asociación grabaron un vídeo de felicitación precioso donde, además de la felicitación, hacían un balance de sus días allí y de cómo habían sentido mi ayuda. Cosas como esta hacen que merezca la pena dedicar el tiempo a que todo salga de la mejor manera posible. Y por supuesto, las sonrisas de los niños, con sus juegos, las clases de idiomas, y la rehabilitación de las instalaciones donde estudian… Son el motor para realizar cada uno de los proyectos.

¿Qué destacarías de tu trabajo como voluntaria?

Si tuviera que destacar algo de mi trabajo en Amal sería, sobre todo, la calidad humana que encuentro en cada proyecto, la ilusión, y el enriquecimiento personal y el cariño que me he ido llevando de cada persona que ha pasado por la asociación. También la importancia de las relaciones personales e interculturales que se establecen en cada proyecto.

¿Cómo funciona una asociación como Amal?

Las actividades desarrolladas por la asociación se centran principalmente en la realización de estancias solidarias: campos de trabajo, normalmente de quince días, (exceptuando los períodos de Semana Santa o Navidad, que son más cortos). Estas estancias solidarias se entienden como un “proceso de ida y vuelta”, es decir, las personas que viajan a Taznaqt ayudan y aportan su trabajo, en la realización de actividades con los niños, las clases de idiomas (inglés, español y francés), así como en la rehabilitación de diferentes espacios (escuela, guarderías, etc..), pero también conviven con las personas del pueblo, con coordinadores y participan de las actividades del pueblo. Conocen una realidad y cultura distinta, de manera que el proceso de sensibilización y conocimiento es mutuo, entre niños y voluntarios.

Este tipo de estancias permiten a los niños tener contacto con personas ajenas a su día a día, y sobre todo, disfrutar de una escuela de verano, con juegos, actividades deportivas… Además, el hecho de que pasen por Taznaqt una media de cuarenta voluntarios cada verano permite una revitalización y dinamización del pueblo, enmarcándose en las líneas de un turismo sostenible.

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¿Por qué es tan importante establecer proyectos de ayuda en Marruecos?

Marruecos es un país con muchos contrastes, sobre todo entre norte y sur. La región de Errachidia, donde realizamos nuestros proyectos y, concretamente, Taznaqt, son espacios un poco olvidados por el gobierno marroquí. Amal Taznaqt se centra en la cuestión educativa, orientada principalmente a la infancia. Enmarcaríamos nuestras acciones en la Educación para el Desarrollo, y con el intercambio intercultural se pretende que los más pequeños se acerquen a una cultura diferente y disfruten como niños de su propia realidad.

Decías que también resultaba muy enriquecedor para los voluntarios… ¿en qué sentido?

Actualmente, nos encontramos con muchos espacios sociales en los que está predominando el miedo hacia la diferencia, los prejuicios ante grupos sociales, raciales, o incluso, hacia gentes de países o religiones diferentes.
En este sentido, considero primordial la labor de conocer una cultura y un pueblo desde dentro, del conocimiento que supone conocerlos de tú a tú y, sobre todo, de establecer un trabajo colaborativo y un aprendizaje mutuo. Siempre me gusta destacar uno de los sentimientos comunes en los voluntarios al volver de Taznaqt, y es que todos coinciden en que “han recibido más de lo que han dado”, y vuelven con la sensación de haber encontrado calor en todas las relaciones mantenidas en el pueblo, con sus gentes, con los niños, etc.

Una de las cosas que más me marcó de mi primer viaje fueron las palabras que nos ofreció Moulay Abdullah Bouzakraoui, padre del presidente de la asociación: nos daba las gracias por los días de convivencia, cooperación y por compartir vivencias y experiencias sobre todo de conocimiento entre todos. “Ahora vuestro trabajo sigue en España, para decirles a los demás que somos buena gente, que la imagen peyorativa que actualmente se tiene de muchos marroquíes o musulmanes, no es real”.

¿Qué nos puedes contar sobre los proyectos que Amal e Información Sin Fronteras van a desarrollar juntas?

Son dos: “Raconte-moi une historie” (cuéntame un cuento) y “Haute ces mains propes!” (¡arriba esas manos limpias!).

El primero de ellos, “Raconte-moi une historie” tiene como objetivo principal conectar dos realidades, con la realización de talleres, tanto en una escuela de habla francesa en España, como en la escuela de Taznaqt. Las actividades realizadas en las dos escuelas pretenden conectar a los niños de ambas regiones, a través de juegos, talleres de conocimiento, con cartas y cuentos en una lengua común, el francés.

Los niños de Taznaqt se encuentran escribiendo los cuentos que sus abuelos les cuentan, de tal manera que aportarán a la escuela en España un enlace con la realidad y el marco cultural de Marruecos. La idea es poder conocer una realidad diferente a la propia, y sobre todo, crear lazos de amistad entre los niños.

Para los niños de Taznaqt es una actividad que fomentará su aprendizaje del francés, y por otra parte, también el conocimiento de niños de diferente cultura.

Por otra parte, estos talleres surgen también en torno a una donación de libros en francés, los cuales van a servir para comenzar a crear una biblioteca en el espacio que la asociación posee en Taznaqt. De esta manera se empezará a realizar una clasificación de los libros en el proyecto de Semana Santa para que los niños puedan disponer de libros de consulta, así como de lectura, y crear de esta manera un centro de recursos educativos, con intención de que vaya creciendo de manera progresiva.

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Este proyecto, entonces, es educativo…¿el otro también lo es?

Sí, pero enfocado al área sanitaria. Mediante el proyecto “Haute ces mains propes!” se pretenden llevar a cabo talleres de educación higiénico-sanitaria con los niños de Taznaqt durante la Semana Santa. Los niños y jóvenes de la comunidad de Taznaqt aprenderán la importancia de hábitos higiénicos diarios (como, por ejemplo, el lavado de manos antes de las comidas), a la vez que realizan actividades de ocio y disfrute durante el período que dure la estancia de los voluntarios de la asociación Amal Taznaqt.

¿De qué forma se va a llevar a cabo esta educación sanitaria?

Se pretende realizar talleres creativos para, a través del juego, establecer los citados hábitos, así como introducirlos en su vida diaria orientarlos a la prevención de enfermedades.

En cuanto a este tipo de talleres y acciones educativas, tomamos como referencia la definición que la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo, da para la Educación para el Desarrollo humano y sostenible, entendida como un “proceso educativo (formal, no formal e informal) constante encaminado, a través de conocimientos, actitudes y valores, a promover una ciudadanía global generadora de una cultura de la solidaridad comprometida en la lucha contra la pobreza y la exclusión así como con la promoción del desarrollo humano y sostenible”.

Es una forma de fomentar las relaciones interpersonales e interculturales entre los niños, para dotarlos de una mayor sensibilidad hacia realidades diferentes a la suya, creando de esta manera adultos más solidarios y comprometidos.

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