-Riégate de amor propio y verás cómo floreces
En el Día Internacional del Autocuidado recordamos los pilares para establecer y mantener la salud. El cuidado propio no sólo ayuda a prevenir enfermedades, sino que garantiza que nuestro sistema de salud sea sostenible en los próximos años.
Hoy más que nunca, dependemos del autocuidado. Es el antídoto más eficaz, hasta el momento, para reducir las posibilidades de adquirir Covid-19. Lavarse las manos, usar cubrebocas y mantener distancia son acciones que nos pueden salvar la vida y dependen de nosotros únicamente ¿Lo habías pensado?
Con esta reflexión podría dividir al mundo en dos tipos de personas: los que descuidan sus hábitos diarios y esperan resolverlo todo en un hospital cuando la fiebre llegue y los que comen “una manzana al día para mantener al médico en la lejanía”. La calidad de vida depende de la filosofía que se elija.
Hoy es el Día Internacional del Autocuidado y es a propósito que sea el 24 de julio ó “24/7”, abreviatura de ‘24 horas al día, 7 días a la semana’, porque la salud es fundamental y debe ser atendida sin interrupción.
¿Qué es el autocuidado?
Hacer ejercicio, cepillarse los dientes, comer bien, aplicar protector solar, meditar, tomar terapia psciológica, dejar de fumar o tratar la fiebre y los dolores de cabeza, son ejemplos del cuidado personal. Es lo que todos hacemos para mantenernos saludables.
Según la Fundación Internacional del Autocuidado (ISF por sus siglas en inglés), “el cuidado personal es lo que las personas hacen por sí mismas para establecer y mantener la salud, y para prevenir y tratar enfermedades.”
El autocuidado es la forma más efectiva para mantener la salud. De hecho, Dorothea Orem (1914), enfermera estadounidense, proponía la teoría donde el paciente era capaz de atender su salud de manera independiente, incluso de recuperarse más rápido de muchas enfermedades prevenibles, si llevaba a cabo el autocuidado.
Para Dorothea, los pacientes debían ser motivados a cuidar de sí mismos y el equipo de enfermería debía actuar como último recurso.
Lista de chequeo: los siete pilares del autocuidado
La ISF en conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) establecen los siguientes pilares para el cuidado propio
Conocimiento e información sobre la salud.
La alfabetización sanitaria se refiere a la capacidad del paciente para comprender la información que le proporcionan los profesionales de la salud. Leer nuestro blog, Información Sin Fronteras, por ejemplo, es un gran paso para cumplir este pilar.
El conocimiento y educación en la salud permite a las personas encontrar y usar sus propias fuentes de información y comprender cuándo la información es deficiente o engañosa.
Bienestar mental y autoconciencia.
Existen muchas definiciones de bienestar mental, pero todas tienen en común áreas como: satisfacción con la vida, optimismo, autoestima, dominio y control, tener un propósito en la vida y un sentido de pertenencia y apoyo.
El autocuidado emocional es muy importante. Sobre todo en estos tiempos de confinamiento en donde el estado de ánimo puede ser muy cambiante.
Por otro lado, la autoconciencia permite identificar y actuar en áreas que necesitan mejoras ¿Conoces el historial médico de tu familia? ¿Evalúas tus prácticas diarias de higiene? Mientras más conozcas de ti, más podrás mejorar.
Actividad física.
Caminar, andar en bicicleta o hacer deporte, mejora significativamente la salud, el estado físico y el estado de ánimo. Al menos 30 minutos de actividad física regular de intensidad moderada reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares y diabetes, cáncer de colon y cáncer de mama.
Nunca es demasiado tarde para comenzar a incorporar la actividad física en tu vida diaria. Aquí te comparto una guía de ejercicios en casa para principiantes.
Alimentación saludable.
Es muy simple: a través de los alimentos hay que lograr un equilibrio energético y un peso saludable. Por lo tanto las recomendaciones incluyen aumentar el consumo de frutas y verduras, legumbres, granos enteros y nueces.
Limitar la ingesta de energía de las grasas totales y desplazar el consumo de grasas saturadas. Reducir la ingesta de azúcares simples y el consumo de sal (sodio). Para más información, puedes descargar la guía de los Pequeños Cambios para Comer Mejor (pdf) de la de la Agència Catalana de Salut Pública.
Prevención de riesgos.
Este es quizás uno de los más variados. La mitigación de riesgos, en términos de salud, se refiere a evitar o reducir los comportamientos que aumentan directamente el riesgo de enfermedad o muerte. Involucra actividades tales como:
Asegurarse de que estás vacunado, no fumar o dejar de fumar, practicar sexo seguro, beber con moderación, protegerse del sol, conducir con cuidado y usar el cinturón de seguridad o usar el casco cuando andas en bicicleta.
Buena higiene.
Desde antes del Covid-19, lavarse las manos con agua y jabón durante veinte segundos, seguido de un secado completo, ya formaba parte de los pilares universales del autocuidado.
Otras prácticas de higiene incluyen el manejo adecuado de los alimentos, el cuidado regular de la salud bucal, particularmente cepillarse dos veces al día y usar hilo dental al menos una vez al día, y cubrirse la cara o la boca al toser o estornudar.
Uso racional de productos y servicios.
Involucra el manejo seguro y efectivo de la salud (y cualquier dolencia diaria o afecciones menores), cuando sea apropiado con medicamentos, productos o servicios.
Entre las recomendaciones se encuentran leer siempre las instrucciones en la etiqueta y el folleto, y cualquier otra información que se obtenga con el medicamento. Seguir instrucciones. Llamar al médico de inmediato si hay algún efecto secundario grave o si un efecto secundario no mejora.
Entonces, ¿comerás la manzana o esperarás a la fiebre?
Cuando nos cuidamos no solo mejora nuestra salud, sino que también contribuimos a la sostenibilidad de los sistema de atención médica. Se estima que en 2030, alrededor de 5 mil millones de personas no podrán acceder a la atención médica básica.
Así que el cuidado personal es una de las mejores cosas que podemos hacer para ayudar a prevenir enfermedades crónicas y garantizar que nuestro sistema de salud sea sostenible en los próximos años.