InfoSF acaba de realizar un segundo envío solidario a través de Aviación Sin Fronteras. En este caso, se trata de libros médicos donados por Springer Healthcare Ibérica que van a parar a la Biblioteca del Kenya Medical Training College en Nairobi, con la que InfoSF lleva más de un año colaborando.
*En la imagen: Luis Quevedo, responsable del proyecto con Kenia en InfoSF; Elsebeth, la voluntaria de ASF que acompaña el envío a Nairobi; Begoña Ontiveros, responsable de la Mensajería Solidaria en ASF y Marta Díaz. presidenta de InfoSF.
Información Sin Fronteras (InfoSF) acaba de realizar una segunda entrega de material bibliográfico a través de un envío solidario con la ONG Aviación Sin Fronteras (ASF). En este segundo envío, el destino del material donado era Nairobi, la capital keniata, concretamente a la Biblioteca del Kenya Medical Training College (KMTC), con el que InfoSF desarrolla un convenio de colaboración desde hace más de un año. El material enviado es un lote de 101 kilos de libros de medicina donados a InfoSF por Springer Healthcare Ibérica.
Mientras el material llega a destino junto a su acompañante de Aviación Sin Fronteras, hemos querido hablar con Begoña Ontiveros, una de las coordinadoras de esta ONG, para acercaros la realidad del precioso trabajo que esta organización realiza día a día.
¿Cómo nació Aviación Sin Fronteras? ¿Tú colaboras con ella desde su fundación?
ASF lleva como 15 años ya declarada como organización de Utilidad Pública, y está principalmente formada por personal de líneas aéreas. De hecho, uno de los recursos que usamos para nuestra labor son los billetes que nos ofrecen nuestras compañías como “pago en especias”. Los usamos para poder realizar los viajes solidarios con billetes bastante más económicos de lo habitual. Eso sí, aunque muchos seamos personal de aerolíneas, cada vez reclutamos a más voluntarios externos, ya que hay diversas labores que no requieren realizar viajes.
Yo no llevo desde el principio, pero sí desde hace mucho; como 8 o 9 años, o incluso más. Empecé como socia, colaborando in situ en uno de los proyectos, Alfabetización Burkina Faso, que da alfabetización a 2.200 niños en el país. Después me reclutaron para ser coordinadora de uno de los proyectos, y ahora ya lo soy de dos. Ya sabes que a veces no es demasiado fácil encontrar a gente que se “moje” mucho en el voluntariado; familia, trabajo, quehaceres… Afortunadamente yo tengo tiempo para dedicárselo, y además me encanta hacerlo.
¿Qué proyectos tenéis en marcha?
Además de los envíos solidarios como los que hacemos con InfoSF, que siempre son una intermediación entre dos ONGs y en los que el material va acompañado de un miembro de la organización con billetes disponibles (hay que tener en cuenta que el cupo de billetes es limitado y que con cada viaje el acompañante renuncia a un viaje que le corresponde como retribución), también tenemos los programas Alas de la Esperanza y Alas de la Sonrisa.
En el proyecto de Alas de la Esperanza colaboramos con otra asociación llamada Tierra de Hombres. Ellos determinan qué niños de países como Mali, Senegal o Marruecos necesitan una operación y nosotros acompañamos a esos niños desde sus casas hasta el punto donde los van a operar en Europa, ya sea España, Francia… Así, con nuestros billetes y un poco de nuestro tiempo permitimos a Tierra de Hombres ahorrarse el billete del acompañante del pequeño, lo cual supone mucho dinero.
Con Alas de la Sonrisa, en el que yo también colaboro, acercamos el mundo de la aviación a personas con discapacidad o colectivos especiales, ya sean mayores o pequeños, de toda España. Colaboramos con FEDER, con la Fundación ONCE, con agrupaciones de niños con enfermedades oncológicas, de Síndrome de Down… Simplemente proponemos a una organización que sus miembros puedan pasar una mañana o una tarde viviendo una experiencia nueva relacionada con la aviación (visita a un aeródromo, a una base militar, a los entrenamientos de una patrulla, a festivales aéreos -por supuesto, con más “chicha”, conociendo a los pilotos, viendo de cerca a los aviones que más tarde volarán…-, etc.).
Y por supuesto, como ya te he comentado, el proyecto de Burkina Faso, a donde enviamos todo tipo de material escolar y donde pagamos la matrícula escolar a un gran número de niños cada curso.
¿Cuántos socios y voluntarios sois?
Somos 400 socios, pero no todos trabajan como voluntarios. Como hemos comentado ya, depende de las circunstancias de cada uno. Pero, por ejemplo, para el envío solidario de InfoSF a Nairobi me han escrito como 10 personas. Finalmente elegí a Elsebeth porque era la que antes podía hacer el viaje, pero sobraban voluntarios que quisiesen hacerlo.
En el proyecto de Alas de la Esperanza sólo el año pasado se realizaron 52 acompañamientos; es decir, 3 o 4 al mes, y casi siempre hechos por voluntarios diferentes. La gente se motiva mucho en ese caso porque la experiencia es preciosa. ¡A veces no son más que bebés que vienen a operarse del corazón a París o algo por el estilo, es tremendo!
Pero también para las visitas organizadas en el programa de Alas de la Sonrisa se apuntan muchos voluntarios cada vez. Aunque no se impliquen al 100% los 400, sí se implican muchos. A veces hay que decirles incluso que ya somos demasiados en una actividad. Estamos muy contentos y muy agradecidos.
¿Qué apoyo tenéis de las aerolíneas?
Como todos o casi todos pertenecemos a alguna compañía aérea, tratamos de que se comprometan o al menos involucren un poco con nuestra labor. Muchas ceden billetes en según qué ocasiones: Iberia, Iberia Exprés, Air Nostrum, Air Europa… Iberia, por ejemplo, vende a bordo un cuento infantil que tenemos editado. Air Nostrum, compañía de la que es piloto nuestro presidente, también ha pintado un avión con nuestro logo para llevar nuestro “mensaje” por toda Europa. La verdad es que todas las firmas nos tratan con mucho cariño, y cada propuesta que les hacemos como mínimo las escuchan y valoran, que ya es mucho.
¿Qué proyectos tenéis en vuestros planes de futuro?
Los que he comentado son los cuatro proyectos consolidados, pero en mente de la Junta sé que hay más. Aunque tienen que ser todavía estudiados y valorados, sobre todo su viabilidad y continuidad. Y por supuesto la parte económica es muy importante. El proyecto de Burkina Faso, por ejemplo, es el más importante por el volumen de fondos que se mueve en él; hay patrocinadores únicos de ese proyecto. Pero dados los problemas políticos en el país el proyecto tuvo que ser suspendido durante un par de años, aunque afortunadamente ya ha podido retomarse. Sé que se está valorando actuar en otro lugar si la situación en Burkina no se estabiliza, pero todavía se está estudiando porque cualquier nuevo proyecto debe ser viable y poder consolidarse.